Un motor consume normalmente aceite para el engrase y la refrigeración de las
piezas en movimiento y es normal, a veces, añadir aceite entre dos cambios.
No obstante, si tras el período de rodaje, las aportaciones fueran superiores
a 0,5 litros cada 1.
En los vehículos con motor diésel comercializados en zonas climáticas
frías puede necesitarse un calefactor auxiliar para que el motor alcance la temperatura
de funcionamiento correcta y calentar suficientemente el habitáculo.
En estos casos, el automóvil está equipado con un
calefactor auxiliar eléctrico o un
calefactor accionado por combustible.